Los especialistas coinciden en que la pandemia marcará un antes y un después, no solo en el trabajo en las empresas, sino en la vida en general. En medio de la vorágine que significa modificar protocolos para incluir los nuevos cuidados frente a la emergencia sanitaria, dos consultores en seguridad, higiene y medio ambiente hablaron con ON24 sobre cómo transcurre la adaptación en los diversos sectores y qué pasará el día después del levantamiento de la cuarentena.
“Estamos trabajando con las empresas que continuaron exceptuadas y preparándonos para las que se pueden sumar en los próximos días, como puede ser la construcción”, apuntó el Ing. Enrique Suriñach, que tiene entre su cartera de clientes a empresas que van desde los servicios portuarios hasta bancos. Según el especialista, el desafío pasa por adaptar el protocolo que bajó el Ministerio de Trabajo de la Provincia, que suma a los riesgos habituales de seguridad e higiene los cuidados que cada actividad debe tener frente al COVID-19; lo cual, significa una ardua labor.
“Los protocolos se piensan desde que una persona sale de su casa para dirigirse a su lugar de trabajo y luego pasa por todas las instancias dentro la empresa”, dijo el ingeniero. Y ejemplificó: “En un banco es importante definir cómo se hacen las filas, cómo es la desinfección luego de que se atiende un cliente, la de los elementos de trabajo, etc. El tema es que todo esto pierde sentido si el trabajador para llegar debe amontonarse con otras 30 personas en una parada de colectivos (…) Ese es el principal miedo y el motivo por el que se mantienen las restricciones”.
En ello coincidió el Ing. Néstor Sanjulián, que habló de protocolos muy amplios y específicos para cada área de las empresas. “Esto se ve, por ejemplo, en un flete que lleva insumos. Ahí no solo tenés ciertos cuidado de carga, descarga y manipulación, sino que también hay que tener en cuenta que el remito se entregue dentro de un folio que pueda desinfectarse. Son muchos detalles”.
INVERSIÓN, ANTES Y DESPUÉS DE LA PANDEMIA
Respecto a la inversión que deben enfrentar las empresas para la nueva realidad, ambos especialistas consideraron que no es ni será grande, y que la clave pasa por otros aspectos. “Hoy, uno de los problemas que existen no es la inversión, sino que los gobiernos no han unificado el criterio. Una compañía que hoy cumple con todos los requisitos que dicta la Nación, estaría en falta con la provincia de Santa Fe. Entonces deben tomar los dos protocolos”, subrayó Suriñach.
Sanjulián, por su parte, hizo foco en la capacitación y el cumplimiento de las nuevas normas en el tiempo. Y advirtió sobre los cambios en los métodos de trabajo que llegaron para quedarse: “En nuestra empresa desarmamos el área de ingeniería de seguridad en el trabajo. Cada uno de nosotros está en su casa con su computadora, y a través de videoconferencia ya elaboramos más de 25 protocolos, y lo hicimos sin problemas. Esto va a pasar en todos los sectores”.
“Sin dudas estamos frente a un cambio de vida, de trabajo y hay hábitos de higiene que se incorporarán a la vida cotidiana”, concluyeron los especialistas.
OPORTUNIDAD DE NEGOCIOS Y NUEVOS DESAFÍOS
“Nuestras oficinas nunca serán las mismas luego del COVID-19”. Así se titula un interesante artículo que apareció días atrás en la revista estadounidense de negocios Fast Company, dando cuenta de las transformaciones de los espacios de trabajo a partir de la pandemia y los emprendimientos que buscan aprovechar el nicho de negocios que aparece detrás de la vuelta de los personas a sus puestos habituales.
En eso anda la firma de real estate Cushman & Wakefield, que en el último mes ayudó a casi un millón de personas de 10,000 organizaciones en China a regresar a trabajar. Utilizando los aprendizajes reunidos en el país asiático, junto con los datos de la Organización Mundial de la Salud y el asesoramiento de especialistas médicos, la firma desarrolló un nuevo concepto dentro de su propia sede en Ámsterdam, llamada Six Feet Office. Que es a la vez un laboratorio y una sala de exposición para sus clientes, cuyo objetivo es llamar la atención sobre cómo las personas pueden volver a trabajar de forma segura en las oficinas.
Los directivos de Cushman & Wakefield hablan de la importancia de modificar comportamientos, y apoyarlo con herramientas tecnológicas y modificaciones físicas al entorno. Por ejemplo, usan flechas en el piso con las que alientan a las personas a caminar en sentido horario en los carriles alrededor de la oficina, usando el mismo enfoque que los trabajadores de la salud adoptan en los hospitales para ayudar a evitar la propagación de agentes patógenos. Además, cada mañana le piden a sus empleados que utilicen un mantel individual de papel para su escritorio. Al tiempo que implementaron un sistema de balizas en los teléfonos que les permite auditar la eficacia del diseño y una señal sonora que se activa cuando se rompe el distanciamiento social. No obstante, destacan la incorporación de un sistema de filtración y renovación de aire como una de las herramientas clave.
“A medida que los empleados demuestren su competencia trabajando remotamente, serán menos tolerantes con los lugares de trabajo que no promueven la salud y el bienestar”, concluye el artículo, planteando claramente los nuevos desafíos.